La sexta edición del festival Amfibi, certamen que la Fundació Assut organiza en L’Albufera desde 2011, se cerró el sábado 1 de octubre con un concierto especialmente dedicado a la tradición musical de los territorios arroceros. El ‘cantaor’ Carles Dénia y los músicos de la Nova Rimaire se sumergieron en las raíces del repertorio popular valenciano, y Sílvia Ampolla y su rondalla, que abrieron la velada, hicieron lo propio con la tradición musical de las riberas y marjales de las Tierras del Ebro. La cita fue a las siete de la tarde en la Casa Forestal de El Saler. Unos y otros actuaron ante cerca de trescientas personas.

Aun sometido a los cánones clásicos, Carles Dénia ofreció en El Saler un espectáculo moderno y actual. En la voz del ‘cantaor’ de Gandia, el ‘cant d’estil’ y las seguidillas, malagueñas, ‘albaes’, jotas o fandangos, constituyen una reinterpretación muy personal de la tradición, a la vez libre y esencial. Dénia prestó especial atención a los ‘cants de batre’, cantos a pelo, sin música ni micrófono, evocadores de unas formas de trabajo ya desaparecidas en el arrozal.

Por su parte, el cancionero de Sílvia Ampolla y su rondalla, que abrieron el concierto y conquistaron rápidamente a un público que acabó entregado, se nutre de la música tradicional de las tierras del Ebro donde, concretamente en el Delta, fueron familias valencianas las que extendieron el cultivo del arroz.

El festival de la naturaleza y las culturas anfibias

Desde 2011, el festival Amfibi constituye una celebración anual donde hacer promoción de la naturaleza de los humedales y los paisajes culturales del agua, paisajes como los de la propia Albufera y la Huerta de Valencia.

Este año, el certamen ha contado con el patrocinio institucional de la Diputación de Valencia, a través València Turisme, y el respaldo de Gracomsa Alimentaria, una empresa del grupo industrial Nuova Sesac. Además, gracias a la implicación de la Concejalía de Conservación de Áreas Naturales y Devesa Albufera, del Ayuntamiento de Valencia, el concierto del sábado pudo celebrarse en la Casa Forestal de El Saler, un edificio señero de La Devesa que ha sido durante muchos años inaccesible al público.